El Foro Mundial de la Banda Ancha que se ha celebrado en París, ha dado a conocer datos sobre la introducción de las redes de cuarta generación en Europa. Y según los mismos, la implantación de las redes de 4G se está desarrollando de una forma más lenta en el viejo continente que en Estados Unidos y algunos países de Asia.
El avance producido en las nuevas tecnologías, y sobre todo la cada vez mayor utilización de smartphones y tabletas, han traído consigo una explosión del tráfico de información en las redes móviles.
Las redes 4G son las adecuadas para transmitir este tipo de información. Sin embargo, estas redes no están desplegadas totalmente en Europa, por lo que las operadoras están respondiendo con nuevas tecnologías a esta necesidad de utilización de redes. Entre otros, están realizando redirecciones del tráfico a redes inalámbricas que están ya establecidas. El objetivo de estas medidas es el de mantener el ritmo de las conexiones.
Las redes 4G ya han comenzado a instalarse en algunos países como Alemania, Noruega o Suecia. En muchos otros, en cambio, las tecnologías LTE (Long Term Evolution) no se instalarán a gran escala hasta el año 2013. Es la situación que se está viviendo en España, Italia, Francia y Reino Unido, países en los que aún se están subastando este tipo de licencias. Todo ello, está acarreando una implantación más lenta de este tipo de redes en Europa que en Estados Unidos y algunos países de Asia.
En el caso de Europa, además, la tercera generación de redes móviles fue construida de una forma compacta lo que le da una mayor rapidez y servicio que las redes estadounidenses de estas características. Por ello, las empresas de Estados Unidos, se han visto obligados a instalar urgentemente las redes de 4G por no ofrecer el servicio correctamente con las redes de tercera generación.
Los operadores europeos tienen previsto introducir las nuevas redes gradualmente y la implantarán en primer lugar en los lugares donde el tráfico de información es mayor.